viernes, 1 de marzo de 2013

DE CÁMARAS DE GAS y DEMÁS

CÁMARAS DE GAS



Las pretendidas cámaras de gas nazis de Auschwitz o de otro lugares, son simplemente inconcebibles por razones físicas o químicas que son evidentes: nunca, después del pretendido gastamiento con gas cianhídrico de cientos o miles de personas en un local, hubieran podido penetrar otros hombres en un verdadero baño de ese veneno para manipular y extraer allí tantos cadáveres que, impregnados de cianuro tanto por fuera como por dentro, se habrían hecho intocables.

El gas cianhídrico se adhiere fuertemente en las superficies; penetra incluso el cemento y el ladrillo y es difícil de ventilar; penetra en la piel, se instala en los cuerpos, se mezcla con las secreciones humorales. En los Estados Unidos, es precisamente ese gas el que se utiliza, aun en nuestros días, en una cámara de gas para ejecutar a un condenado a muerte, pero precisamente esta cámara es de acero y cristal, provista de una maquinaria obligatoriamente muy complicada y necesita de extraordinarias precauciones de empleo; es suficiente ver una cámara de gas americana destinada a ejecutar a un solo individuo, para darse cuenta de que las pretendidas cámaras de gas de Auschwitz que supuestamente han servido para ejecutar a multitudes de individuos, día tras día, no han podido ni existir ni funcionar.

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