miércoles, 27 de marzo de 2013

DIAGNÓSTICO DEL CARDENAL SIRI

EL DIAGNÓSTICO ELABORADO POR EL CARDENAL GIUSEPPE SIRI (1906-1989) SIGUE VIGENTE:




 
l.- LA OPINIÓN
SUSTITUYE A LA VERDAD

La primera y fundamental doctrina del poder de este mundo es la afirmación: la verdad no existe. Ya decía San Agustín que la diferencia entre la ciudad del mundo y la ciudad de Dios se finca en que la primera tiene mil opiniones, y la segunda, una sola verdad. La diferencia capital entre las dos ciudades, no versa, por tanto, sobre el contenido, sino sobre la misma existencia de la verdad. Basta recordar el dramático diálogo entre Jesús y Pilatos.

Lo más grave es que hay una técnica para sustituir la verdad por la opinión. Esa técnica existe y es socorridísima: basta dar una ojeada a la actual producción religiosa, literaria, filosófica. Se trata de expresar opiniones tan cautelosamente formuladas, que es imposible saber cuál es la tesis del autor; o mejor aún: se yuxtaponen unas a otras, como si fueran mutuamente compatibles, doctrinas que son entre sí contradictorias.

Fijémonos en el slogan de la muerte de Dios. Si se dijese negación, todos comprenderían. Mas aquí nos encontramos frente a una operación sutilmente sofisticada, que quiere dar falazmente la impresión de salvar así la idea más aquilatada y químicamente pura de Dios... por su 'identificación' con la más profunda realidad del hombre.

Los mismos términos equívocos de 'conservador' y 'progresista' esconden la técnica del relativismo, que conduce toda cuestión doctrinal a los esquemas de derecha e izquierda, con lo que todo se relativiza, todo se torna cuestión de opinión e instrumento de poder. La relativización de la verdad y de la doctrina es el verdadero objetivo de tales exposiciones arbitrarias de los actuales problemas de la Iglesia.

¿No es ese absurdo e injustísimo justo medio, que incluso obispos y cardenales preconizan entre nosotros, como si el ideal estuviera en plantarnos a medio camino, entre la verdad y el error?

2.- ¿RESURGE LA 'GNOSIS'?
Recuérdese que la 'gnosis', con su atractivo de ciencia y alta especulación, con su afán de comprender el misterio y naturalizar la fe, constituye en el siglo II, el mayor peligro quizá de toda la historia de la Iglesia. Creo que se puede legítimamente calificar de 'gnosis' ese conglomerado de errores, que hoy circulan por ahí, vistos en su sistematización. Mas... ¿son muchos los que saben lo que dicen? Esto es lo terrible: ¡que no saben lo que dicen!

Se procede no por motivos racionales, sino por el prurito de conformarse al mundo. Pero el poder mundano tiene su propia filosofía; y los teólogos de moda traducen al lenguaje teológico las opiniones del día, no porque acepten una doctrina como tal, sino porque aceptan las doctrinas, que lisonjean a los poderes de este mundo.

La gravedad del momento presente es ésta: que no se trata ya más de la oposición o contraste entre la verdad y el error, sino entre la verdad y la no verdad, entre el orden de la verdad y la dictadura de la opinión. Los hombres se creen libres porque así figura en los textos jurídicos, cuando esa misma engañosa creencia es prueba de su servidumbre.

¿Estará también la Iglesia bajo la dictadura de la opinión? La Iglesia, no; pero muchos que están en la Iglesia, sí. La Iglesia no podría ser violentada en su libertad, sin que el Espíritu Santo suscite poderosas reacciones...

3.- LO MÁS URGENTE

La obra más urgente es restaurar en la Iglesia la distinción entre la verdad y el error. Hemos llegado a tal extremo que todo ejercicio de la autoridad eclesiástica se considera como abuso frente a la libertad. ¡Como si la autoridad fuese la negación de la libertad! Mil poderes ilegítimos coartan muy gravemente y muy sistemáticamente la conciencia y la libertad de las personas en el plano inmediato, mientras que en el plano más profundo las apartan de la verdad, expresada en las fuentes de la Revelación y en el Magisterio.
Yo espero que las justas y autorizadas distinciones llegarán. La pastoral no es el arte del compromiso y la cesión: es el arte de la salvación de las almas en la verdad.

Esa verdad, que se oscurece tantas veces en las abusivas deformaciones de la liturgia. Hoy se descubren peligrosas pérdidas en lo esencial. Lo sagrado no es solamente el rito: es la presencia, en el rito, de la realidad significada. Cuando se mitiza el rito, se pierde el sentido de la sustancia que contiene. Nada, por consiguiente, de extraño que la Eucaristía se convierta para algunos en una simple fiesta de la unidad humana, en la cual Dios es nada más que un espectador.
Aquí estamos no ya en la herejía, sino en la apostasía.
 
¿QUIÉN FUE EL CARDENAL SIRI?

Su Eminencia Giuseppe Siri (Génova, 20 de mayo de 1906 — Villa Campostano, 2 de mayo de 1989) fue un Cardenal Italiano. Se le nombró arzobispo de Génova desde 1946 a 1987, y en 1953 fue elevado a cardenal por S.S. Pío XII. Fue papabili en cuatro cónclaves y se dice que estuvo a punto de ser electo pontífice. Lo llamaban "el delfín de Pío XII". Llegó a ser presidente de la Conferencia Episcopal italiana de 1954 a 1965. Siendo un fuerte oponente de los partidos de izquierda, habló frecuentemente en defensa de los trabajadores de todo el mundo y en múltiples ocasiones intervino como mediador en conflictos laborales locales.

martes, 26 de marzo de 2013

EL CARDENAL SIRI - Sobre La Iglesia y el Estado

EL CARDENAL SIRI - Sobre La Iglesia y el Estado


 
El cardenal Giuseppe Siri, nacido en Génova el 20 de mayo de 1906,
murió en su ciudad natal el 2 de mayo de 1989

En una Carta Pastoral de 1962, el Cardenal Giuseppe Siri afirmaba que: «Las relaciones entre la Iglesia y los fieles han sido determinadas por el mismo Divino Fundador de manera clara y definitiva».    


Hay en esta carta pastoral, titulada 'Ortodoxia': Iglesia-Fieles-Mundo, enunciados muy precisos sobre la relación con la política, muy útil para nuestros actuales pastores:
 
«La acción en campo cívico (si se desea: político) en cuanto tal, de por sí, no es de competencia eclesiástica. De este principio se pueden sacar todas las consecuencias obvias y legítimas, siempre que se conjuguen con los principios igualmente verdaderos que siguen.


La acción en campo cívico no puede prevalecer ni sobre la verdad ni sobre la ley moral.

La acción en campo cívico siempre posee un aspecto que establece una conexión clara con el Magisterio eclesiástico. En primer lugar, se trata del aspecto moral: sobre este aspecto, es decir, sobre la conformidad o no de una acción política determinada con respecto a la ley divina, tiene competencia de juicio la Iglesia, y su juicio vincula la conciencia de los fieles si se da de forma suficiente y conveniente para crear el vínculo. En segundo lugar, se trata del aspecto ideológico, es decir, cuando una acción política se convierte en aceptación de una determinada doctrina o en apoyo directo o indirecto a la misma, en este caso puede ocurrir que no quede a salvo la posición mental de los católicos por la escasa doctrina de la Iglesia, y también en este caso el Magisterio de la Iglesia puede expresar su juicio en campo doctrinal o de su competencia.
 
En fin, hay o puede haber en lo político un tercer aspecto muy concreto y práctico, que es la conexión entre éste y ciertos o probables daños a la religión o la Iglesia. Esta tiene derecho a defenderse y tiene derecho a indicar a sus hijos lo que considera peligroso. Sus hijos no pueden negarle ni el derecho ni la capacidad de juzgar las acciones o las consecuencias de acciones contra ella. 
 
Las acciones de la Iglesia, en su competencia, poseen valor para la conciencia de todos y cada uno de sus fieles y pueden hacer que este valor se convierta en obligación de conciencia».

martes, 19 de marzo de 2013

SAN JOSÉ

SAN JOSÉ

Con mucho gusto hoy 19 de marzo, festividad de San José, me place publicar en este blog dos hermosos documentos pontificios sobre este santísimo varón; quien es esposo castísimo de la Santísima Virgen María, y padre putativo de Nuestro Señor Jesucristo, de quien además San Alfonso María Ligorio (Doctor de la Iglesia) dijo: "no podemos dudar que mientras José vivió en la compañía de Jesús, creció tanto en méritos y santificación que aventajó a todos los santos".
 
La primera es una Carta Encíclica del Papa León XIII, titulada Quamquam Pluries (sobre la Devoción a San José); y la segunda un Motu Proprio del Papa Benedicto XV, titulado Bonum Sane Et Salutare (sobre las solemnidades del 50° aniversario de la declaración de San José como Patrono de la Iglesia Católica).





QUAMQUAM PLURIES
Sobre la devoción a San José

Carta encíclica
del Papa León XIII
promulgada el 15 de agosto de 1889

A Nuestros Venerables Hermanos los Patriarcas, Primados, Arzobispos y otros Ordinarios, en Paz y Unión con la Sede Apostólica.

1. Aunque muchas veces antes Nos hemos dispuesto que se ofrezcan oraciones especiales en el mundo entero, para que las intenciones del Catolicismo puedan ser insistentemente encomendadas a Dios, nadie considerará como motivo de sorpresa que Nos consideremos el momento presente como oportuno para inculcar nuevamente el mismo deber. Durante períodos de tensión y de prueba —sobre todo cuando parece en los hechos que toda ausencia de ley es permitida a los poderes de la oscuridad— ha sido costumbre en la Iglesia suplicar con especial fervor y perseverancia a Dios, su autor y protector, recurriendo a la intercesión de los santos —y sobre todo de la Santísima Virgen María, Madre de Dios— cuya tutela ha sido siempre muy eficaz. El fruto de esas piadosas oraciones y de la confianza puesta en la bondad divina, ha sido siempre, tarde o temprano, hecha patente. Ahora, Venerables Hermanos, ustedes conocen los tiempos en los que vivimos; son poco menos deplorables para la religión cristiana que los peores días, que en el pasado estuvieron llenos de miseria para la Iglesia. Vemos la fe, raíz de todas las virtudes cristianas, disminuir en muchas almas; vemos la caridad enfriarse; la joven generación diariamente con costumbres y puntos de vista más depravados; la Iglesia de Jesucristo atacada por todo flanco abiertamente o con astucia; una implacable guerra contra el Soberano Pontífice; y los fundamentos mismos de la religión socavados con una osadía que crece diariamente en intensidad. Estas cosas son, en efecto, tan notorias que no hace falta que nos extendamos acerca de las profundidades en las que se ha hundido la sociedad contemporánea, o acerca de los proyectos que hoy agitan las mentes de los hombres. Ante circunstancias tan infaustas y problemáticas, los remedios humanos son insuficientes, y se hace necesario, como único recurso, suplicar la asistencia del poder divino.

2. Este es el motivo por el que Nos hemos considerado necesario dirigirnos al pueblo cristiano y exhortarlo a implorar, con mayor celo y constancia, el auxilio de Dios Todopoderoso. Estando próximos al mes de octubre, que hemos consagrado a la Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario, Nos exhortamos encarecidamente a los fieles a que participen de las actividades de este mes, si es posible, con aun mayor piedad y constancia que hasta ahora. Sabemos que tenemos una ayuda segura en la maternal bondad de la Virgen, y estamos seguros de que jamás pondremos en vano nuestra confianza en ella. Si, en innumerables ocasiones, ella ha mostrado su poder en auxilio del mundo cristiano, ¿por qué habríamos de dudar de que ahora renueve la asistencia de su poder y favor, si en todas partes se le ofrecen humildes y constantes plegarias? No, por el contrario creemos en que su intervención será de lo más extraordinaria, al habernos permitido elevarle nuestras plegarias, por tan largo tiempo, con súplicas tan especiales. Pero Nos tenemos en mente otro objeto, en el cual, de acuerdo con lo acostumbrado en ustedes, Venerables Hermanos, avanzarán con fervor. Para que Dios sea más favorable a nuestras oraciones, y para que Él venga con misericordia y prontitud en auxilio de Su Iglesia, Nos juzgamos de profunda utilidad para el pueblo cristiano, invocar continuamente con gran piedad y confianza, junto con la Virgen-Madre de Dios, su casta Esposa, a San José; y tenemos plena seguridad de que esto será del mayor agrado de la Virgen misma. Con respecto a esta devoción, de la cual Nos hablamos públicamente por primera vez el día de hoy, sabemos sin duda que no sólo el pueblo se inclina a ella, sino que de hecho ya se encuentra establecida, y que avanza hacia su pleno desarrollo. Hemos visto la devoción a San José, que en el pasado han desarrollado y gradualmente incrementado los Romanos Pontífices, crecer a mayores proporciones en nuestro tiempo, particularmente después que Pío IX, de feliz memoria, nuestro predecesor, proclamase, dando su consentimiento al pedido de un gran número de obispos, a este santo patriarca como el Patrono de la Iglesia Católica. Y puesto que, más aún, es de gran importancia que la devoción a San José se introduzca en las diarias prácticas de piedad de los católicos, Nos deseamos exhortar a ello al pueblo cristiano por medio de nuestras palabras y nuestra autoridad.

3. Las razones por las que el bienaventurado José debe ser considerado especial patrono de la Iglesia, y por las que a su vez, la Iglesia espera muchísimo de su tutela y patrocinio, nacen principalmente del hecho de que él es el esposo de María y padre putativo de Jesús. De estas fuentes ha manado su dignidad, su santidad, su gloria.

Es cierto que la dignidad de Madre de Dios llega tan alto que nada puede existir más sublime; mas, porque entre la beatísima Virgen y José se estrechó un lazo conyugal, no hay duda de que a aquella altísima dignidad, por la que la Madre de Dios supera con mucho a todas las criaturas, él se acercó más que ningún otro. Ya que el matrimonio es el máximo consorcio y amistad —al que de por sí va unida la comunión de bienes— se sigue que, si Dios ha dado a José como esposo a la Virgen, se lo ha dado no sólo como compañero de vida, testigo de la virginidad y tutor de la honestidad, sino también para que participase, por medio del pacto conyugal, en la excelsa grandeza de ella. El se impone entre todos por su augusta dignidad, dado que por disposición divina fue custodio y, en la creencia de los hombres, padre del Hijo de Dios. De donde se seguía que el Verbo de Dios se sometiera a José, le obedeciera y le diera aquel honor y aquella reverencia que los hijos deben a sus propio padres.

De esta doble dignidad se siguió la obligación que la naturaleza pone en la cabeza de las familias, de modo que José, en su momento, fue el custodio legítimo y natural, cabeza y defensor de la Sagrada Familia. Y durante el curso entero de su vida él cumplió plenamente con esos cargos y esas responsabilidades. El se dedicó con gran amor y diaria solicitud a proteger a su esposa y al Divino Niño; regularmente por medio de su trabajo consiguió lo que era necesario para la alimentación y el vestido de ambos; cuidó al Niño de la muerte cuando era amenazado por los celos de un monarca, y le encontró un refugio; en las miserias del viaje y en la amargura del exilio fue siempre la compañía, la ayuda y el apoyo de la Virgen y de Jesús.

Ahora bien, el divino hogar que José dirigía con la autoridad de un padre, contenía dentro de sí a la apenas naciente Iglesia. Por el mismo hecho de que la Santísima Virgen es la Madre de Jesucristo, ella es la Madre de todos los cristianos a quienes dio a luz en el Monte Calvario en medio de los supremos dolores de la Redención; Jesucristo es, de alguna manera, el primogénito de los cristianos, quienes por la adopción y la Redención son sus hermanos. Y por estas razones el Santo Patriarca contempla a la multitud de cristianos que conformamos la Iglesia como confiados especialmente a su cuidado, a esta ilimitada familia, extendida por toda la tierra, sobre la cual, puesto que es el esposo de María y el padre de Jesucristo, conserva cierta paternal autoridad. Es, por tanto, conveniente y sumamente digno del bienaventurado José que, lo mismo que entonces solía tutelar santamente en todo momento a la familia de Nazaret, así proteja ahora y defienda con su celeste patrocinio a la Iglesia de Cristo.

4. Ustedes comprenden bien, Venerables Hermanos, que estas consideraciones se encuentran confirmadas por la opinión sostenida por un gran número de los Padres, y que la sagrada liturgia reafirma, que el José de los tiempos antiguos, hijo del patriarca Jacob, era tipo de San José, y el primero por su gloria prefiguró la grandeza del futuro custodio de la Sagrada Familia. Y ciertamente, más allá del hecho de haber recibido el mismo nombre —un punto cuya relevancia no ha sido jamás negada— , ustedes conocen bien las semejanzas que existen entre ellos; principalmente, que el primer José se ganó el favor y la especial benevolencia de su maestro, y que gracias a la administración de José su familia alcanzó la prosperidad y la riqueza; que —todavía más importante— presidió sobre el reino con gran poder, y, en un momento en que las cosechas fracasaron, proveyó por todas las necesidades de los egipcios con tanta sabiduría que el Rey decretó para él el título de "Salvador del mundo". Por esto es que Nos podemos prefigurar al nuevo en el antiguo patriarca. Y así como el primero fue causa de la prosperidad de los intereses domésticos de su amo y al vez brindó grandes servicio al reino entero, así también el segundo, destinado a ser el custodio de la religión cristiana, debe ser tenido como el protector y el defensor de la Iglesia, que es verdaderamente la casa del Señor y el reino de Dios en la tierra. Estas son las razones por las que hombres de todo tipo y nación han de acercarse a la confianza y tutela del bienaventurado José.

Los padres de familia encuentran en José la mejor personificación de la paternal solicitud y vigilancia; los esposos, un perfecto de amor, de paz, de fidelidad conyugal; las vírgenes a la vez encuentran en él el modelo y protector de la integridad virginal. Los nobles de nacimiento aprenderán de José como custodiar su dignidad incluso en las desgracias; los ricos entenderán, por sus lecciones, cuáles son los bienes que han de ser deseados y obtenidos con el precio de su trabajo. En cuanto a los trabajadores, artesanos y personas de menor grado, su recurso a San José es un derecho especial, y su ejemplo está para su particular imitación. Pues José, de sangre real, unido en matrimonio a la más grande y santa de las mujeres, considerado el padre del Hijo de Dios, pasó su vida trabajando, y ganó con la fatiga del artesano el necesario sostén para su familia. Es, entonces, cierto que la condición de los más humildes no tiene en sí nada de vergonzoso, y el trabajo del obrero no sólo no es deshonroso, sino que, si lleva unida a sí la virtud, puede ser singularmente ennoblecido. José, contento con sus pocas posesiones, pasó las pruebas que acompañan a una fortuna tan escasa, con magnanimidad, imitando a su Hijo, quien habiendo tomado la forma de siervo, siendo el Señor de la vida, se sometió a sí mismo por su propia libre voluntad al despojo y la pérdida de todo.

5. Por medio de estas consideraciones, los pobres y aquellos que viven con el trabajo de sus manos han de ser de buen corazón y aprender a ser justos. Si ganan el derecho de dejar la pobreza y adquirir un mejor nivel por medios legítimos, que la razón y la justicia los sostengan para cambiar el orden establecido, en primer instancia, para ellos por la Providencia de Dios. Pero el recurso a la fuerza y a las querellas por caminos de sedición para obtener tales fines son locuras que sólo agravan el mal que intentan suprimir. Que los pobres, entonces, si han de ser sabios, no confíen en las promesas de los hombres sediciosos, sino más bien en el ejemplo y patrocinio del bienaventurado José, y en la maternal caridad de la Iglesia, que cada día tiene mayor compasión de ellos.

6. Es por esto que —confiando mucho en su celo y autoridad episcopal, Venerables hermanos, y sin dudar que los fieles buenos y piadosos irán más allá de la mera letra de la ley— disponemos que durante todo el mes de octubre, durante el rezo del Rosario, sobre el cual ya hemos legislado, se añada una oración a San José, cuya fórmula será enviada junto con la presente, y que esta costumbre sea repetida todos los años. A quienes reciten esta oración, les concedemos cada vez una indulgencia de siete años y siete cuaresmas. Es una práctica saludable y verdaderamente laudable, ya establecida en algunos países, consagrar el mes de marzo al honor del santo Patriarca por medio de diarios ejercicios de piedad. Donde esta costumbre no sea fácil de establecer, es al menos deseable, que antes del día de fiesta, en la iglesia principal de cada parroquia, se celebre un triduo de oración. En aquellas tierras donde el 19 de marzo —fiesta de San José— no es una festividad obligatoria, Nos exhortamos a los fieles a santificarla en cuanto sea posible por medio de prácticas privadas de piedad, en honor de su celestial patrono, como si fuera un día de obligación.

7. Como prenda de celestiales favores, y en testimonio de nuestra buena voluntad, impartimos muy afectuosamente en el Señor, a ustedes, Venerables Hermanos, a su clero y a su pueblo, la bendición apostólica.
Dado en el Vaticano, el 15 de agosto de 1889, undécimo año de nuestro pontificado.





BONUM SANE ET SALUTARE

Motu Proprio de BENEDICTO XV


Sobre las solemnidades del 50º aniversario de la declaración de San José como Patrono de la Iglesia Católica

Del 25 de julio de 1920
1. Motivo: 50º aniversario del Patronato de San José y aumento de su culto
Bueno y saludable para el nombre cristiano fue que Nuestro predecesor de inmortal memoria, Pío IX, declarara Patrono de la Iglesia Católica a José, castísimo esposo de la Madre de Dios y padre nutricio del Verbo Encarnado; y, por cuanto en el próximo mes de Diciembre harán 50 años que auspiciosamente se efectuara esa proclamación, creímos de mucha utilidad el que en todo el orbe se celebrase la solemne conmemoración de este acontecimiento.
Al tender la mirada retrospectiva sobre ese lapso del pasado, salta a la vista la aparición de una no interrumpida serie de Institutos que indican que el culto al santísimo Patriarca está sensiblemente creciendo entre los fieles cristianos hasta nuestros días. Mas al contemplar de cerca las acerbas penalidades que afligen hoy al género humano parece que debemos fomentar mucho más intensamente en el pueblo este culto y propagarlo más extensamente.

 
2. Mayor motivo de recurrir a San José: el naturalismo
En Nuestra Encíclica "De Pacis Reconciliatione Christiana"[1] en que considerábamos principalmente, las relaciones tanto entre los pueblos como entre los individuos, señalábamos cuánto aún falta para lograr restablecer la tranquilidad general del orden después de esa grave contienda de la guerra pasada. Pero ahora debemos atender a otra causa de perturbación mucho más grave por cuanto se infiltró en las mismas venas y entrañas sociedad humana; pues, se comprende que en ese tiempo en que la calamidad de la guerra absorbía la atención de los hombres, el naturalismo, esa peste perniciosísima del siglo, los corrompiera totalmente y que, donde se desarrollaba bien, debilitaba el deseo de los bienes celestiales, ahogaba las llamas de la caridad divina, sustraía al hombre de la gracia de Cristo que sana y eleva y, despojándolo finalmente de la luz de la fe y abandonándolo a las solas fuerzas enfermas y corrompidas de la naturaleza, permitía las desenfrenadas concupiscencias del corazón. Por cuanto demasiados hombres acariciaban ansias dirigidas exclusivamente a las cosas caducas, y que entre los proletarios y ricos reinaban celos y odios muy enconad os, la duración y magnitud de la guerra aumentó las mutuas enemistades de clases y las hacía más agudas, especialmente porque por un lado, para las masas causó una intolerable carestía de víveres y por el otro, proporcionó a un grupo muy reducido una súbita abundancia de bienes de fortuna.

 
3. Relajación moral.
Sumóse a eso que por la guerra en muchísimos hombres había sufrido no poco detrimento la santidad de la fidelidad conyugal y el respeto a la patria potestad, por cuanto la larga separación de los cónyuges relajó los lazos de sus mutuas obligaciones y la ausencia del que las había de custodiar empujó, especialmente a los jóvenes a la temeridad de lanzarse a una conducta más licenciosa.
Por lo tanto, hemos de deplorar mucho más que antes que las costumbres sean más libres y depravadas y que, por la misma razón, se agrave cada día más la que llaman causa social, de modo que debemos temer males de gravedad extrema.

 
4. El comunismo extiende sus amenazas.
Pues, en los deseos y la expectativa de cualquier desvergonzado se presenta como inminente ]a aparición de cierta República Universal que como en principios fijos se basa en la perfecta igualdad de los hombres y la común posesión de bienes, y en la cual no habría diferencia alguna de nacionalidades ni se acataría la autoridad de los padres sobre los hijos, ni la del poder público sobre los ciudadanos, ni la de Dios sobre los hombres unidos en sociedad.
Si esto se llevara a cabo no podría menos de haber una secuela de horrores espantosos; hoy día ya existe esto en una no exigua parte de Europa que los experimenta y siente. Ya vemos que se pretende producir esa misma situación en los demás pueblos; y que, por eso, ya existen aquí y allá grandes turbas revolucionarias porque las excitan el furor y la audacia de unos pocos.

 
5. San José remedio contra estos males.
Nos ante todo, preocupados, naturalmente, por el curso de los acontecimientos, no omitimos, ocasional mente, recordar sus deberes a los hijos de la Iglesia, como en las recientes cartas al Obispo de Bérgamo y a los obispos de la región véneta. Por la misma razón, para retener en su deber a todos los hombres que se ganan el sustento por sus fuerzas y su trabajo donde quiera vivan, y conservarlos inmunes del contagio del socialismo que es el enemigo más acérrimo de la sabiduría cristiana, ante todo les proponemos fervorosamente a San José para que lo elijan como guía particular de su vida y lo veneren como patrono.
Pues, él pasó, sus años llevando un género de vida similar al de ellos; y por esta misma razón, Cristo-Dios, siendo como era el Unigénito del eterno Padre, quiso ser llamado Hijo del Carpintero. Pero con ¡ cuántas y cuán eximias virtudes adornó la humildad del lugar y de la fortuna, especialmente con aquéllas que correspondían a aquel que era esposo de MARÍA Inmaculada y que se tenía por el padre de Jesús, Nuestro Señor!

 
6. Elevar la mirada a las cosas imperecederas.
Por esto, aprendan todos en la escuela de San José a mirar todas las cosas que pasan bajo la luz de las cosas futuras que permanecen y, consolándose, por las incomodidades de la humana condición, con la esperanza de los bienes celestiales, a encaminarse hacia ellos, obedeciendo a la voluntad de Dios, conviene a saber: viviendo sobria, recta y piadosamente[2].

 
7. Cita de León XIII sobre el respeto al orden establecido por Dios.
Por lo que respecta propiamente a los obreros, plácenos citar lo que Nuestro predecesor de feliz recordación, LEÓN XIII dijo en una ocasión similar[3]: Los obreros y cuantos se ganan el sustento con el salario de sus manos, pensando en estas cosas, deben levantar los ánimos y sentir rectamente; que, aunque estén en su derecho, (cuando no se opone la justicia), de salir de la pobreza y de lograr una mejor situación, la razón y la justicia no permiten trastrocar el orden establecido por la providencia de Dios. Insensato, empero, sería el propósito recurrir a la fuerza y emprender algo semejante, mediante la sedición y el desorden, lo cual en la mayoría de 1os casos causaría males mayores que aquellos que se tratan de aliviar. No se fíen pues, los pobres, si quieren ser prudentes, de las promesas de los hombres sediciosos sino que confíen en el ejemplo y el patrocinio de San José, y así mismo en la maternal caridad de la Iglesia la cual en verdad se preocupa de ellos cada día más solícitamente.

 
8. Frutos de la devoción a San José para la vida del hogar y de la sociedad
Si crece la devoción a San José, el ambiente se hace al mismo tiempo más propicio a un incremento de la devoción a la Sagrada Familia, cuya augusta cabeza fuera: una devoción brotará espontáneamente de la otra. Pues, JOSÉ nos lleva derecho a María, y por María llegamos a la fuente de toda santidad, a JESÚS, quien por su obediencia a José y María consagró las virtudes del hogar.
Deseamos que las familias cristianas se renueven a fondo y se hagan conformes a tantos ejemplos de virtudes como ellos practicaron. Por cuanto la comunidad del género humano se ha fundado sobre la familia se inyectará, bajo la universal influencia de la virtud de Cristo, cierto nuevo vigor y una como nueva sangre en todos los miembros de la sociedad humana, cuando la sociedad doméstica, comunidad, pues, más religiosamente de castidad, concordia y fidelidad, goce de una mayor firmeza; y de allí no sólo seguirá la enmienda de la costumbres de los particulares sino también la de la vida común y del orden civil.

 
9. Exhortación papal a una mayor devoción a San José.
Nos, pues, totalmente confiados en el patrocinio de aquel a cuya vigilancia y previsión quiso Dios encomendar a su Unigénito encarnado y a la Virgen y Madre de Dios, propiciamos que todos los Obispos del orbe católico exhorten a todos los fieles a implorar el auxilio de San José, tanto más insistentemente cuanto es más adverso el tiempo a la causa cristiana.
Dado que esta Sede Apostólica ha aprobado varios modos de venerar al Santo Patriarca, ante todo, cada miércoles del año y por un mes entero determinado, deseamos que, bajo la insistente admonición del Obispo, se practiquen todos ellos de ser posible, en todas las Diócesis, en especial, empero, incumbe a Nuestros Venerables Hermanos apoyar y fomentar con todo el peso de su autoridad e interés las asociaciones piadosas, como la de la Buena Muerte, la del Tránsito de San José y la de los Agonizantes, las cuales fueron fundadas para implorar a San José por los agonizantes, porque con razón se considera a aquel como eficacísimo protector de los moribundos a cuya muerte asistieron el mismo Jesús y María.

 
10. Plegaria e indulgencia.
Para perpetua memoria, empero, del Decreto Pontificio que arriba mencionamos, ordenamos y mandamos que dentro del año que comienza a correr el 8 de Diciembre próximo, se hagan en todo el orbe católico solemnes súplicas, en el tiempo y modo que parezca mejor a cada Obispo, en honor de San José, Esposo de la Santísima Virgen y Patrono de la Iglesia Católica.
Todos cuantos asistan a ellas podrán ganar para sí una indulgencia de sus pecados, bajo las acostumbradas condiciones.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 25 de julio, en la fiesta de Santiago Apóstol, en el año 1920, sexto de Nuestro pontificado. Benedicto XV.




[1] Se refiere a la Encíclica: Pacem Dei munus

[2] Tito 2, 12

[3] Epístola Encicl. Quamquam pluries, de agosto de 1889.

lunes, 18 de marzo de 2013

SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

No existe ninguna "antigua tradición heráldica" que vincule una "estrella de cinco puntas" con la Santísima Virgen María.

LA ESTRELLA DE CINCO PUNTAS ES UN SÍMBOLO PAGANO, MASÓNICO Y SATÁNICO

EXHORTO A LEER TODAS LAS ENTRADAS QUE HE PREPARADO EL DÍA DE HOY EN ESTE BLOG Y PODRÁN APRECIAR REVELADORAS VERDADES.

POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS. (Mt.7, 20)

Escudo de la Basílica de la Natividad de María en Esperanza (Santa Fe, Argentina)

HERMOSO ESCUDO BASILICAL


En el sitio web de la Basílica se encuentra la descripción del blasón y la explicación acerca del simbolismo del escudo, que transcribimos a continuación:


"Descripción del blasón: Sobre campo sanguíneo, el monograma de la Virgen (letras MA entrelazadas) en oro, entrelazado con un áncora apuntando hacia arriba en plata, y coronado por una estrella de ocho puntas, en oro. El escudo tiene forma de cáliz, colocado sobre dos llaves cruzadas en oro y plata unidas por un cordón morado, y el conjunto está timbrado por un conopeo en oro y escarlata. Por debajo, el lema dice: In nativitate tua gaudebit universa terra (En tu nacimiento se alegrará toda la tierra).


Significado del blasón:

El color sanguíneo (como en heráldica se llama al rojo oscuro) simboliza la Sangre de Cristo, y por lo mismo su Sacrificio actualizado en la Eucaristía (aspecto resaltado por la forma de cáliz del escudo).

La estrella y el monograma del nombre de María significan la Natividad de la Virgen (el monograma ha sido copiado del que aparece en las molduras de la basílica). Las ocho puntas de la estrella también aluden a los misterios de la Resurrección y del Reino de Dios ("octavo día" llamaban los primeros cristianos al día de la Resurrección, el día de la nueva creación, el«domingo sin ocaso en que la humanidad entera entrará en tu descanso»), misterios en los cuales María ya ha sido introducida plenamente, como primicia de toda la Iglesia.

El ancla es un símbolo de la esperanza teologal (especialmente cuando está invertida -apuntando al cielo: «.. esperanza, a la que nos aferramos como ancla segura y firme para nuestra vida, y que penetra hasta el interior del Santuario...»Hebreos 6,19) y al mismo tiempo de la Colonia Esperanza cuya perla más preciada es la fe heredada de los padres y manifestada en la Basílica (este ancla aparecía ya en los primeros sellos parroquiales). El ancla entrelazada con el monograma de María expresa que Ella es nuestra Esperanza.


ESCUDO DEL OBISPO DE LA DIOCESIS DE SAN BERNARDO

Hermoso Escudo del Obispo de la Diócesis de San Bernardo (Chile)


 


De gules (rojo), con un castillo de oro superado por una estrella de ocho puntas, también de oro. Bordadura de plata, cargada con cuatro cruces lanceoladas de sable (negro) y cuatro rosas de gules.

 
SIMBOLISMO
 
El campo de gules y el castillo de oro corresponden a las armas familiares de los González. El castillo es símbolo de fortaleza, virtud que debe acompañar a todo pastor en el anuncio y defensa de la fe. Las tres torres, manifiestan las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad, que animan toda la vida y el trabajo apostólico de la Iglesia. La estrella simboliza a María Santísima, Estrella del mar, Estrella matutina. Su luz debe guiar todos los pasos del cristiano, según la conocida exhortación de San Bernardo, Patrono de la diócesis y gran amante de la Virgen: mira la estrella, llama a María. Sus ocho puntas simbolizan las bienaventuranzas evangélicas que en María encuentran su pleno acabamiento y que el Obispo y su clero deben vivir y enseñar al pueblo de Dios.

Las cruces y rosas de la bordura, rememoran al nuevo obispo la amable y cercana figura de San Josemaría Escrivá de Balaguer, a quien conoció personalmente y cuyo espíritu anima y continuará guiando su búsqueda de la santidad.

La cruz griega lanceolada se encuentra en muchos manuscritos de San Josemaría. Con este signo graficaba su deseo de llevar el mensaje de la cruz de Cristo en todas las direcciones y a todos los ambientes del quehacer humano. La rosa simboliza el optimismo y el buen ánimo ante las dificultades. Precisamente por medio de una rosa de madera estofada, San Josemaría fue confortado por María Santísima en momentos de especial tribulación interior. La rosa tiene también un significado familiar y de agradecimiento a Dios por los padres, hermanos y parientes cercanos del nuevo obispo.


Fuente: http://aceptacion.dnet.cl/obispadodesanbernardo/index.php/sr-obispo

ESCUDO DEL ARZOBISPO DE VALENCIA

Hermoso Escudo del Arzobispo de Valencia


Veámos la explicación de la "estrella de ocho puntas":

La estrella de ocho puntas simboliza a la Virgen María, Stella matutina, que orienta y guía a la Iglesia hacia Cristo, y es expresión de la honda devoción mariana de D. Carlos: evoca a la Bien Aparecida, patrona de su tierra natal, Santander; a Santa María Madre, patrona de Orense; a la Virgen de Covadonga, “La Santina”, patrona de Asturias; y a la Mare de Déu dels Desamparats, patrona de Valencia. La estrella es de plata, metal inferior al oro, para indicar la subordinación de la Madre al Hijo. El símbolo, presente en el escudo de la diócesis de Orense, representa también a la primera iglesia que monseñor Osoro sirvió como obispo.



SANTUARIO DE TORRECIUDAD (HUESCA)

Hermoso artículo titulado "María, nuestra Estrella"

En el escudo de Torreciudad, sobre la torre, hay una estrella de ocho puntas como símbolo de María. De acuerdo con San Bernardo, María puede ser comparada a una estrella, porque irradia luz sin perder su brillo. Así, María no perdió su virginidad al dar a luz a Jesucristo. Ella ilumina al mundo con su luz y enciende el fuego del espíritu y tiene el papel de modelo y de ideal (De laudibus Virgo Matris, 2.17; PL 183, 70f). En la sillería del retablo de Torreciudad hay seis bajorrelieves con títulos de la Virgen: tres Torres -Turris eburnea, Turris Davidica y Turris civitatis- y tres Estrellas, Stella matutina, Stella maris y Stella orientis.

 


Stella matutina

La jaculatoria Stella matutina fue incluida en las letanías lauretanas en la versión de Padua del siglo XIV. En un manuscrito de París del siglo XII (París, Nat. Lat. 5267) se encuentra la expresión Stella marina y Lux matutina. Se cree que el autor de las letanías de Padua combinó los dos títulos en uno y resultó Stella matutina. La estrella de la mañana anuncia el fin de la noche y la luz de la aurora, el principio del día. De la misma manera, la Virgen María anunció, al nacer, el fin de la noche y de las tinieblas en la que los hombres de tantos siglos yacían sepultados. Ella es la bellísima aurora que anuncia el día, todavía más hermoso, en que el Sol divino, Jesucristo, ha de iluminar al mundo, disipando la ignorancia y el error y, con aquel calor sobrenatural del fuego que trajo sobre la tierra, ha de encender el corazón de los hombres en su amor.

El Beato Cardenal Newman afirma -comparando este título con el de Rosa mística- que es el que mejor le corresponde. Y lo explica por tres razones: primera, la rosa pertenece a la tierra, pero la estrella está en el cielo: María no pertenece a este mundo; ningún cambio puede afectar a una estrella. Segunda, la vida de la rosa es breve, pero María, como las estrellas de lo alto, permanece para siempre tan lozana como en el día de su Asunción y será tan pura y perfecta cuando su Hijo venga a juzgar al mundo, como lo es ahora. Y, finalmente, María tiene la prerrogativa de ser heraldo del Sol. Cuando Ella aparece en la oscuridad, sabemos que el Señor está muy cerca.
 
Stella maris
 
El origen del título Stella maris es comúnmente atribuido a san Jerónimo (siglo V) y también lo utiliza san Isidoro de Sevilla (s. VII). El precioso himno Ave maris Stella es del siglo VIII; se puede decir que desde entonces este título es patrimonio general de la Iglesia. Benedicto XVI, en su Encíclica Spe Salvi, hace referencia a este himno para proponernos a María como causa de nuestra esperanza: "Con un himno del siglo VIII/IX, por tanto de hace más de mil años, la Iglesia saluda a María, la Madre de Dios, como "estrella del mar": Ave maris Stella. La vida humana es un camino. ¿Hacia qué meta? ¿Cómo encontramos el rumbo? (...) Jesucristo es ciertamente la luz por antonomasia, el sol que brilla sobre todas las tinieblas de la historia. Pero para llegar hasta Él necesitamos también luces cercanas, personas que dan luz, reflejando la luz de Cristo, ofreciendo así orientación para nuestra travesía. Y ¿quién mejor que María podría ser para nosotros estrella de esperanza, Ella que con su "sí" abrió la puerta de nuestro mundo a Dios mismo; Ella que se convirtió en el Arca viviente de la Alianza, en la que Dios se hizo carne, se hizo uno de nosotros, plantó su tienda entre nosotros (cf. Jn 1,14)?" (Carta Encíclica Spe salvi, 49).

En el siglo XII, san Bernardo compone el famoso sermón: "Si se levantan los vientos de las tentaciones, mira a la Estrella, llama a María. Si eres juguete de las olas de la ambición, de la calumnia, de la envidia, mira a la estrella, llama a María… Siguiéndola no te desvías, rogándole no te desesperas; pensando en Ella, no yerras. Teniéndote Ella de su mano no puedes caer; protegiéndote, no temes; guiándote, no te fatigas… Con razón se la llama Estrella del mar" (Hom. II super Missus est, n.17. PL 183, 70-71). No faltan poemas sobre la Stella maris. Así, por ejemplo, el que comienza: "Tanta gracia en vos se encierra, / Virgen pura y singular, / que sois estrella en la mar, / Madre de Dios en la tierra." (Juan López de Úbeda (+ 1596), Cancionero).
 
Stella orientis
 
El 4 de diciembre de 1955 san Josemaría Escrivá de Balaguer estaba en Viena, por segunda vez el mismo año. La ciudad estaba aún dividida en cuatro zonas, ocupadas por soldados franceses, ingleses, rusos y americanos. Celebró Misa en la Catedral de San Esteban, y dando gracias después, delante de la imagen de María Pötsch, la invocó por primera vez con la jaculatoria "Sancta María, Stella Orientis, filios tuos adiuva!". Su biógrafo escribe: "No era una más de sus muchas invocaciones a la Virgen. Por lo que se deduce de la correspondencia de esos días debió venirle la certeza de que con esas palabras quedaba encomendada a la Madre de Dios la protección del apostolado futuro en los países de la Europa sometida a los comunistas". Cinco días más tarde escribía a Roma: "Me siento seguro, al afirmar que Dios Nuestro Señor nos va a dar medios sobreabundantes -facilidades, personal- para que trabajemos para Él cada día mejor en la parte oriental de Europa, hasta que se nos abran -que se abrirán- la puertas de Rusia. (…) Que digan muchas veces esta jaculatoria: Sancta María, Stella Orientis, filios tuos adiuva!" (A. Vázquez de Prada, El Fundador del Opus Dei, III, 337).
 
La Virgen María oyó estas oraciones. Desde que en 1989 se desploma el "telón de acero", la labor del Opus Dei ha comenzado en Polonia, Hungría, República Checa, Lituania, Estonia, Eslovaquia, Kazajstán, Eslovenia, Croacia, Letonia, Rusia y Rumania; una docena de países en veinte años. El patrocinio de la Stella orientis es palpable. Los tres títulos de la Virgen llamándole Estrella nos hablan, pues, de la proximidad de la acción materna de María, que nos acerca a su Hijo, nos llena de esperanza y nos impulsa al apostolado. Necesitamos a la Estrella de la evangelización, como la llamó Juan Pablo II (Evangelii nuntiandi, n. 82), para llevar de nuevo la alegría del evangelio a una sociedad decadente. San Josemaría, comentando la adoración de los Reyes Magos, decía que ellos contaban con una estrella, pero "nosotros tenemos a María, Stella maris, Stella orientis. Le decimos hoy: Santa María, Estrella del mar, Estrella de la mañana, ayuda a tus hijos." (Es Cristo que pasa, n. 38).


D. Javier de Mora Figueroa
Rector de Torreciudad

ESTRELLA DE CINCO PUNTAS

ESTRELLA DE CINCO PUNTAS


 
 
Si queremos entender bien que significa esta estrella de cinco puntas que de seguro me dirás que has visto alguna vez, tendremos que convenir de que se trata de uno de los principales símbolos del satanismo, de la magia, en todos sus aspectos. Si se fijan cuando leen algún tema sobre magia, satanismo etc., este símbolo siempre esta presente.
 
Así lo explican los satanistas. Su colocación, es decir la manera de orientar sus puntas, delimita si la operación o rito que se va a celebrar es magia blanca o magia negra. Así con una punta hacia arriba, expresa "Teurgia" y concita con su poder mágico a las influencias celestiales que han de llegar en apoyo del que realiza el ritual o el oficiante mago.. Con una punta hacia abajo significa "Goecia" y esta manera atrae las influencias del evocador en forma de maléficas.
 
Se trata de un símbolo necesario e imprescindible en todas las operaciones mágicas, e invocaciones a Satanás y a todos los espíritus malignos, y ha de estar compuesto de todos los metales y tienen que intervenir en su consagración todos los elementos. Esta comenzara por soplar cinco veces, es decir una en cada punta, se la rociara posteriormente otras cinco veces con "agua lustral", se la secara en el humo de los cinco perfumes (incienso,mirra, aloes y flor de alcanfor), se volverá a soplar cinco veces mas, pronunciando a cada soplo uno de los nombres de los genios (Anael, Samael y Orifiel); se colocara en el suelo con la punta mirando sucesivamente al Norte, al Sur, al Este y al Oeste, pronunciando a la vez y en voz alta las letras Lod, He, Vau, y en voz baja los nombres de Aleph y Tau; después se colocara en el altar sobre "El Trípode de las Evocaciones", mientras que se rezaran las preces de los demonios: Silfos, las Ondinas, las Salamandras y los Gnomos, y finalmente se rociara otras cinco veces y se volverá a secar con los cinco perfumes.
 
El uso del Pentagrama es principalmente un testimonio de la obra que se va ha llevar a cabo. Si se trata de una "Obra maléfica pero llamada luz, la punta sola de la estrella se coloca sobre el trípode de las Evocaciones y las dos puestas sobre el altar; si se trata de una "Obra de Tinieblas" como "La Misa Negra" la posición del Pentagrama sera invertida.
 
Eliphas Levi, en su tratado "Dogma y Ritual de Alta Magia" nos dice sobre el Pentagrama:
"El pentagrama llamado en las Escuelas Gnósticas la "estrella flammgera", es signo de la omnipotencia y la autocracia intelectual."
 
"Es la Iniciación o la Profanación, Es Lucifer o Vesper, Es la Estrella Vespertina o la Matutina, Es María o Lilith, Es la Victoria o la Muerte, Es la Paz o la Sombra."
 
"El signo del Pentagrama también es llamado signo del Microcosmos, y representa lo que los Kabalistas del Libro de Sohar llaman el "Microprosopo"."
 
"La Inteligencia Total del Pentagrama es la Clave de los mundos, representa y Es la Filosofía y la Ciencia absoluta."
 
De esta manera, todos los misterios de la Magia, todos los símbolos de la Gnosis, todas las figuras del ocultismo, todas las claves cabalísticas de las Profecías vienen a converger y son una unidad en el Signo del Pentagrama que Paracelso proclama como el mayor y mas poderoso de todos los signos. el signo de lucifer estrella de la mañana.
 
El Pentagrama ha sido asociado desde hace mucho tiempo con el misterio y la magia. Este símbolo sin duda es el más reconocido por todos los seguidores de la tradición pagana y de los seguidores de Satanás, es tan antiguo que su origen preciso se desconoce. Ha sido utilizado desde épocas remotas como talismán de protección, pero su utilización masiva y de hecho, su imagen más popular, provienen del satanismo.

Este también puede ser llamado una señal o una dirección indicando como una flecha hacia abajo donde esta el reino de "Satanás".

Cuando Anton LaVey funda su Iglesia de Satán retoma este símbolo puro en su sentido inverso, el que ha sido usado por siglos para la alta magia negra: el pentagrama invertido, con el vértice hacia abajo y representándolo sobre una cabeza de macho cabrío. El Baphomet, el símbolo de la "church of satan", consta de tres elementos: la estrella pentagonal (pentagrama) invertida, los símbolos colocados junto a cada una de las puntas y el rostro de un macho cabrío. En el pentagrama invertido, según la interpretación satánica, las tres puntas inferiores representan la negación de la "sagrada trinidad" de los teólogos cristianos y las dos puntas superiores representan la afirmación de las paridades o contrastes que realmente equilibran y dirigen el universo y la vida, como por ejemplo: creación/destrucción, positivo/negativo, masculino/femenino, acción/reacción, vida/muerte, activo/pasivo, etc.en resumidas cuentas representa la supremacía del deseo carnal y netamente físico por encima de la espiritualidad. En un pentagrama invertido se puede insertar la figura de la cabeza del macho cabrío: las dos puntas superiores son los cuernos, las puntas laterales son las orejas y la punta inferior es la barba.
 
LA ESTRELLA DEL COMUNISMO
 
 
 
¿Sabía usted que la estrella roja de 5 picos, usada por el comunismo, es un símbolo satánico?
Se dice que cada uno hace con los símbolos lo que quiere y si les gustan las estrellas pues lo usan, y a muchos no les importa saber que representan o significan.

¿Sabía usted que la estrella roja de 5 picos, usada por el comunismo, es un símbolo satánico?
Para muchos el significado de esta estrella depende de las culturas:
 
Para la Iglesia Satánica, es uno de sus principales símbolos, ( hay muchos símbolos satánicos que están entre nosotros y que ni siquiera nos damos cuenta de su existencia y trasfondo) es así con la estrella roja de cinco puntas (símbolo comunista) la cual ha pasado de moda en Rusia, La estrella roja es y fue usada en banderas y escudos de estados socialistas, El periódico militar de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas también se llamaba Estrella Roja, varios clubes deportivos de estados socialistas usaron la estrella roja como emblema, existiendo al menos dos con ese nombre: Estrella Roja Belgrado, en serbio Crvena Zvezda.; Estrella Roja Leipzig, en alemán Roter Stern.
 
Una versión sugiere que las cinco puntas de la estrella representan a los cinco grupos sociales que posibilitarían el tránsito al socialismo: la juventud, los militares, los trabajadores industriales, los campesinos agricultores y los intelectuales. La estrella roja es además la señal que indica la existencia de un nuevo orden bajo la conducción del Partido Comunista.
 
Para los satanistas la estrella roja de cinco puntas, es un pentagrama , estratégicamente Satanás lo introdujo como símbolo del socialismo y el comunismo el cual fue justificado como una representación de los cinco dedos de la mano del trabajador, y otros han defendido que se refiere a los cinco continentes.
 
 
 
Cuando no se tiene una postura clara o defensa de un emblema queda claro que hay algo oculto, pero para los satánicos simboliza la estrella de la mañana, nombre que LA BIBLIA registra para Satanás. La brujería en algunos de sus rituales ocultos la ocupan para conjurar espíritus de maldad.
 
Es curioso que los masones, satánicos y los comunistas celebran su aniversario el mismo día, el 1 de Mayo de 1776, y comparten los mismos símbolos satánicos. Para los satánicos, el primero de Mayo ha sido conmemorado siempre como la noche en que todos los demonios, espectros, duendes y espíritus se presentan para llevar a cabo sus más frenéticas maldades.
 
El símbolo principal de la Iglesia de Satán es el pentagrama o estrella de cinco puntas, la cual representa muy bien la unión de extremos y la humanidad, siendo igual esta que la obra de Leonardo da Vinci que representa al hombre y la humanidad en el mismo dibujo. El número 5 ha sido considerado como místico y mágico, y esencialmente humano. Siempre que hay algún tema de ocultismo o se realiza algún ritual, este símbolo siempre está presente.
 
El marxismo desde su origen mostró  actitudes satánicas, Carlos Marx su fundador se volvió profundamente y apasionadamente antireligioso, en una de sus poesías titulada: “Invocación de un desesperado” escribió: “Deseo vengarme de aquel que gobierna en lo alto” en otro párrafo del mismo poema cito: “Construiré mi trono en las alturas, En una cumbre inmensa y fría” . Esto nos recuerda el mismo orgullo y deseo de Lucifer: “Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios levantare mi trono” (Isaías 14:13)
 
No cabe duda alguna que Marx y todos los que abrazan sus ideologías, son voceros de Satanás.
 
La típica "estrella revolucionaria" comunista como un símbolo del idealismo; representa abiertamente la adoración a Lucifer. Portarlos como signo de respaldo significa despreciar la protección de Dios y abrir puertas a los demonios; de una manera u otra se está atrayendo y llevando la desgracia e implica un contrato entre los demonios y el portador donde elige según los manuales de ocultismo satánico: la protección del señor del mundo (Satanás) y de sus ángeles caídos.
 
En la brujería de alto nivel, la estrella se le utiliza para obtener poder de los demonios y realizar maldiciones, y se utiliza para el vertimiento de la sangre humana en la adoración de Lucifer.
 
La confirmación de la relación del comunismo y satanismo queda demostrada con la frase de otra poesía que escribió Marx, (La Doncella Pálida) escribió así: “Por tanto el cielo he perdido, Esto yo bien lo sé. Mi alma, otrora fiel a Dios, seleccionada esta para el infierno”.
 
Marx, conoció a Moisés Hess, quien se convirtió en una figura importante para el. Hess escribió una carta Berthold Auerbach el 2 de Septiembre de 1841 refiriéndose sobre Carlos Marx, como: mi ídolo: “Dr. Marx” y escribió lo siguiente: “mi ídolo quien le dará el puntapié final a la religión y política medievales” El objetivo final del comunismo al conquistar nuevos países no es establecer otro sistema social y económico, el verdadero motivo es: burlarse de Dios y alabar a Satanás.
 
Históricamente los comunistas, marxista, socialistas se han caracterizado por ser ateos, por lo tanto no existe la posibilidad de un acuerdo entre el cristianismo y el comunismo, así como no puede haber acuerdo entre Dios y el diablo.
 
Algunos se describen socialistas, comunistas cristianos, CUIDADO no se puede ser cristiano y portar para adorar o simpatizar con emblemas satánicos.
 
Sólo preguntate esto ¿porque la mayoría de países adoptaron la estrella de cinco puntas como parte esencial de sus banderas? (mira la bandera de USA y la de casi todos los páises de Hispanoamérica) ¿que esconde la Masonería detrás de de ese signo que pocos conocen su significado?... Sepa que detrás de todas las independencias en el continente americano estaba vinculada la Masonería.
 
No se deje engañar que los que dominan el mundo saben muy bien a quien se lo han consagrado para que reine sobre la humanidad.
 
La SANTA CRUZ, es el signo del Cristiano. Cristo vencedor de la muerte.

La estrella de cinco puntas, es el signo de Satanás, que desea ser el dueño del mundo.
 
EN EL CORAZÓN DE NUESTRA MADRE MARÍA, LA BENDICIÓN DE DIOS TODOPODEROSO PADRE+ HIJO+ ESPÍRITU SANTO+ DESCIENDA SOBRE TI Y TE ACOMPAÑE SIEMPRE HASTA LA ETERNIDAD. AMEN. AMEN. AMEN.