Las pretendidas cámaras de gas nazis de Auschwitz o de otro lugares,
son simplemente inconcebibles por razones físicas o químicas
que son evidentes:
nunca,
después del pretendido gastamiento con gas
cianhídrico
de cientos
o miles de personas en un local, hubieran podido penetrar
otros hombres en un verdadero baño de
ese veneno para manipular y extraer allí tantos cadáveres que, impregnados de cianuro tanto por fuera como por dentro, se habrían hecho intocables.
El gas
cianhídrico se adhiere fuertemente en las
superficies; penetra incluso el cemento y el ladrillo y es difícil de ventilar; penetra en la piel, se instala en los
cuerpos, se mezcla con las secreciones
humorales. En los Estados Unidos, es precisamente ese gas el que se utiliza, aun en nuestros días, en una
cámara de gas para ejecutar a un
condenado a muerte, pero precisamente esta cámara es de acero
y cristal,
provista de una maquinaria
obligatoriamente muy complicada y necesita de extraordinarias
precauciones de empleo; es suficiente ver
una cámara de gas americana destinada a ejecutar a un solo individuo, para darse cuenta de que las
pretendidas cámaras de gas de Auschwitz
que supuestamente han servido para ejecutar a multitudes de individuos, día tras día, no han podido ni existir
ni funcionar.
Holocuento
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarAcertado Adjetivo!
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